sábado
CISNE
[email enviado a Olga]
Hola Julia,
Los cisnes se enamoran, ¿lo sabías? y son fieles toda la vida a la misma pareja, y si uno de los dos muere el otro rechaza al resto de cisnes pues prefiere morir solo, con el recuerdo de su pareja aferrado fuertemente en sus pupilas (tan fuerte que a los cisnes solitarios siempre le duelen los ojos), y entonces nada por el estanque con su amor a su lado... nosotros lo vemos nadar solo, no vemos a su pareja porque ha muerto, claro, pero el cisne no cambia sus hábitos, sobre todo los que su pareja impuso: el color de las cortinas o la película el domingo a las ocho en los cines del centro, y entre inercias se miente que su pareja está ahí.
Me gustaría ser un cisne, de hecho en cierto modo lo soy, desde que te fuiste no he dejado de hacer esas cosas que hacíamos juntos, hasta para dormir cierro la persiana, y ya sabes cómo me molesta dormir sin luz, sólo porque sé que te gusta dormir con la persiana bajada.
Pero entonces pienso que es ridículo, no sublime: porque no has muerto.
Entonces pienso que debes morir.
Para ser sublime al recordarte, no ridículo.
Porque cuando ves dos cisnes juntos no puedes imaginar cuánto amor los une, sólo lo saben ellos y eso es como si no lo supiera nadie, no lo convierte en real, es sólo cuando uno de ellos muere cuando somos verdaderamente conscientes: entonces lo vemos nadar solitario, repitiendo los itinerarios que hacía con ella: de la orilla a la islita, de allí al lugar donde la vieja les tira comida y de vuelta a la islita.
No hay otra forma: debes morir.
te querré entonces por siempre.
un último beso,
Ha Huang
Hola Julia,
Los cisnes se enamoran, ¿lo sabías? y son fieles toda la vida a la misma pareja, y si uno de los dos muere el otro rechaza al resto de cisnes pues prefiere morir solo, con el recuerdo de su pareja aferrado fuertemente en sus pupilas (tan fuerte que a los cisnes solitarios siempre le duelen los ojos), y entonces nada por el estanque con su amor a su lado... nosotros lo vemos nadar solo, no vemos a su pareja porque ha muerto, claro, pero el cisne no cambia sus hábitos, sobre todo los que su pareja impuso: el color de las cortinas o la película el domingo a las ocho en los cines del centro, y entre inercias se miente que su pareja está ahí.
Me gustaría ser un cisne, de hecho en cierto modo lo soy, desde que te fuiste no he dejado de hacer esas cosas que hacíamos juntos, hasta para dormir cierro la persiana, y ya sabes cómo me molesta dormir sin luz, sólo porque sé que te gusta dormir con la persiana bajada.
Pero entonces pienso que es ridículo, no sublime: porque no has muerto.
Entonces pienso que debes morir.
Para ser sublime al recordarte, no ridículo.
Porque cuando ves dos cisnes juntos no puedes imaginar cuánto amor los une, sólo lo saben ellos y eso es como si no lo supiera nadie, no lo convierte en real, es sólo cuando uno de ellos muere cuando somos verdaderamente conscientes: entonces lo vemos nadar solitario, repitiendo los itinerarios que hacía con ella: de la orilla a la islita, de allí al lugar donde la vieja les tira comida y de vuelta a la islita.
No hay otra forma: debes morir.
te querré entonces por siempre.
un último beso,
Ha Huang
PERRO
[nota encontrada en la nevera]
Querido Ha Huang,
A los perros, cuando follan, se les hincha la polla. Una parte de la polla que se llama EL NUDO. Es la forma de conseguir que las perras no puedan escaparse en medio del coito. La putada es que, después de eyacular, la polla sigue hinchada y les es imposible separarse. Y ahí se quedan un rato.
Estos días he pensado mucho en nosotros. Nunca quise liarme con un actor de tres al cuarto. Pero las cosas a veces no salen como esperamos. ¿Recuerdas la primera vez que follamos? Fue en tu coche. Éramos unos críos: en cuanto te corriste (porque yo no me corrí, aunque fingiese realmente bien mi orgasmo) me di cuenta de que somos similares a los perros. Ellos quedan unidos por el nudo, nosotros por la educación. Me hubiera gustado abrir la puerta de tu coche, mandarte fuera de una patada y fumarme tranquilamente un cigarrillo, pero no podía. Los perros esperan a que se les deshinche la polla. Yo te abracé e improvisé palabras bonitas, mirando disimuladamente el reloj. Cuando pasó un tiempo suficiente te dije que debía irme a casa. Nos han educado para quedar bien: el cuchillo con la derecha, el vino banco con el pescado y algún abrazo tras el coito.
Te dije que te quería mientras hacíamos el amor, te miré a los ojos y te lo dije, pero era mentira, estaba enamorada de Pedro Solá, quizá todavía lo estoy, diez años después, pero una chica que se acuesta con un chico, si no lo quiere, es una puta, me lo dijo mi madre, así que abrí los ojitos como si se me hubiese aparecido la virgen y te dije que te quería.
Me gustaría ser una perra. El nudo dura menos tiempo. ¿Cuánto llevamos nosotros anudados? Diez años. Por un polvo en un coche, es curioso. Pero, ya sabes, hacer el amor es algo más que dos cuerpos disfrutando... son dos almas en conexión. Eso dicen.
E implica ciertas responsabilidades:
Tocarse el pelo.
Abrazarse un rato.
Volver a llamar y parecer interesado por la otra persona.
Quedar de nuevo y fingir que el tiempo quemaba sin ti.
Decir te quiero y entonces volver a hacer el amor...
...y ver agrandarse el nudo y el listado de responsabilidades.
Nunca te quise realmente.
Siento dejarte hoy esta nota, el día de nuestro aniversario, el día en que el nudo nos atrapó.
Pedro Solá me espera...
un beso.
Julia
Querido Ha Huang,
A los perros, cuando follan, se les hincha la polla. Una parte de la polla que se llama EL NUDO. Es la forma de conseguir que las perras no puedan escaparse en medio del coito. La putada es que, después de eyacular, la polla sigue hinchada y les es imposible separarse. Y ahí se quedan un rato.
Estos días he pensado mucho en nosotros. Nunca quise liarme con un actor de tres al cuarto. Pero las cosas a veces no salen como esperamos. ¿Recuerdas la primera vez que follamos? Fue en tu coche. Éramos unos críos: en cuanto te corriste (porque yo no me corrí, aunque fingiese realmente bien mi orgasmo) me di cuenta de que somos similares a los perros. Ellos quedan unidos por el nudo, nosotros por la educación. Me hubiera gustado abrir la puerta de tu coche, mandarte fuera de una patada y fumarme tranquilamente un cigarrillo, pero no podía. Los perros esperan a que se les deshinche la polla. Yo te abracé e improvisé palabras bonitas, mirando disimuladamente el reloj. Cuando pasó un tiempo suficiente te dije que debía irme a casa. Nos han educado para quedar bien: el cuchillo con la derecha, el vino banco con el pescado y algún abrazo tras el coito.
Te dije que te quería mientras hacíamos el amor, te miré a los ojos y te lo dije, pero era mentira, estaba enamorada de Pedro Solá, quizá todavía lo estoy, diez años después, pero una chica que se acuesta con un chico, si no lo quiere, es una puta, me lo dijo mi madre, así que abrí los ojitos como si se me hubiese aparecido la virgen y te dije que te quería.
Me gustaría ser una perra. El nudo dura menos tiempo. ¿Cuánto llevamos nosotros anudados? Diez años. Por un polvo en un coche, es curioso. Pero, ya sabes, hacer el amor es algo más que dos cuerpos disfrutando... son dos almas en conexión. Eso dicen.
E implica ciertas responsabilidades:
Tocarse el pelo.
Abrazarse un rato.
Volver a llamar y parecer interesado por la otra persona.
Quedar de nuevo y fingir que el tiempo quemaba sin ti.
Decir te quiero y entonces volver a hacer el amor...
...y ver agrandarse el nudo y el listado de responsabilidades.
Nunca te quise realmente.
Siento dejarte hoy esta nota, el día de nuestro aniversario, el día en que el nudo nos atrapó.
Pedro Solá me espera...
un beso.
Julia
jueves
#1 PUTA
CONTINUARÁ...
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